El precio del jamón ibérico es, sin duda alguna, uno de los aspectos más interesantes, también de los que mayores debates generan, para aquellos afortunados de adentrarse en el maravilloso mundo del cerdo ibérico que encierra nuestra gastronomía autóctona. El debate, curiosamente, tiene defensores en todos los bandos; desde los que afirman que su precio es elevado hasta los que, conocedores del casi artesanal trabajo de elaboración que hay detrás de cada pieza, consideran que su precio en nada hace justicia a su valor. Y, por supuesto, también abundan, quizás los más numerosos, aquellos que no comprenden las cuantiosas diferencias de precio entre unas piezas y otras.
El primer paso para comprender el precio del jamón ibérico está en la alimentación, la raza y la crianza del animal. En función de ello obtendremos piezas con diferentes calidades y perspectivas de matices igualmente diferentes. A mayor calidad, el precio a esperar será mayor. Es por eso que las auténticas piezas 100% ibéricas de bellota se encuentran en un rango de precios más alto frente a, por ejemplo, el jamón de cebo de campo ibérico, cuya raza es 50% ibérica y su alimentación, aunque también incluye bellotas, está formada principalmente por cereales y leguminosas. Mientras que los primeros suelen oscilar entre 300,00€ y 500,00€, los segundos se mantienen más bien próximos a los 200,00€.
No obstante, existen otros muchos aspectos que también influyen de un modo u otro en el precio del jamón ibérico y que en buena medida serán los responsables de conseguir que este producto que aspira a la excelencia finalmente supere todas nuestras expectativas y estándares.
¿Qué determina el precio del jamón ibérico?
La obtención de los mejores productos ibéricos requiere una minuciosa selección de cada ejemplar hasta conseguir el más alto grado de pureza genética, algo de lo que nos enorgullecemos en Arturo Sánchez. El legado de nuestra marca comienza con un trabajo en exclusiva con ganaderos de solo las mejores dehesas del norte de Sevilla y del sur de Extremadura, ganaderos de nuestra más absoluta confianza y que montanera tras montanera cuidan con mimo que nuestros cerdos se alimenten y desarrollen debidamente, en libertad durante dos montaneras completas.
Como ya explicamos en anteriores ocasiones, la Norma de Calidad del Ibérico exige tan solo que la montanera del cerdo en la dehesa transcurra al menos durante 60 días. Esto, aunque ya es suficiente para dotar a las piezas de poderosos matices, dista mucho de asegurar el desarrollo óseo y muscular completo del cerdo a base de una alimentación natural y del sabor único de los productos de Arturo Sánchez.
Arturo Sánchez, únicos desde el origen
En Arturo Sánchez sabemos que el sabor y la calidad de nuestros productos solo se consiguen con el bienestar de nuestros animales, es por eso que cuando se trata de su crianza solo trabajamos con aquellos que comparten esta filosofía, un auténtico amor por el ibérico y no escatimamos en esfuerzos para que nuestros cerdos de cebo de campo cuenten igualmente con la mejor de las dietas como complemento a la bellota. Y, por supuesto, una parte fundamental de esta filosofía es el respeto de los tiempos de la crianza y adecuado desarrollo de nuestros animales mediante la doble montanera.
Una vez comenzada la elaboración del ibérico, los secaderos son otro de los puntos más diferenciadores y también de los factores que pueden determinar diferencias en el precio del jamón ibérico. En Arturo Sánchez solo consideramos el uso de nuestros secaderos naturales y las maneras de obrar más artesanales para el secado de nuestros productos. El proceso de curación puede albergar hasta 48 meses bajo los vientos fríos y secos de las Sierras de Béjar y Gredos en el caso del jamón de bellota 100% ibérico y 30 meses en el caso del jamón de cebo de campo ibérico.
Así es, el majestuoso sabor de cada bocado a un jamón de bellota 100% ibérico de Arturo Sánchez esconde más de 6 años de trabajo e implicación por parte de todo el equipo que forma nuestra marca. Sin duda, es largo el camino que recorre cada pieza hasta descansar en la mesa de nuestros fieles consumidores, un camino en el que cada decisión se toma buscando reflejar los valores de nuestra filosofía, el amor y el respeto por la tradición y por el ibérico, pero no por cualquier ibérico, sino por un ibérico único, el ibérico Arturo Sánchez.
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