La Dehesa en la cumbre sobre cambio climático de Naciones Unidas, un ecosistema en el que vive el cerdo ibérico y que es necesario proteger para garantizar su continuidad.
La 21ª Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21), celebrada recientemente en París, cerró con el objetivo de que el aumento de la temperatura media mundial quede “muy por debajo” de dos grados centígrados al final del siglo.
Este incremento de temperaturas puede modificar el comportamiento de los sistemas naturales, especialmente aquellos que son manejados por el hombre, como los pastos arbolados y, en particular, las dehesas.
La ganadería extensiva de carne en España se desarrolla en gran medida en sistemas de producción pastorales.
Entre ellos destaca la dehesa, con algo más de 3,5 millones de hectáreas, distribuidas mayoritariamente en el oeste y en el sur de la península ibérica, donde estos ecosistemas tienen un importante papel socioeconómico y ambiental.
Se trata de un tipo de explotación ganadera que ha modelado un ecosistema mediterráneo único para encontrar una interacción beneficiosa de sus componentes agrícola, pecuario y forestal.
La sequía es un fenómeno complejo. Su inicio y fin no resultan claros debido a que sus efectos son acumulativos; así, su grado de severidad está condicionado tanto por factores socioeconómicos como ambientales.
En zonas semiáridas, el riesgo de sequía en pastos es alto y puede traducirse en considerables pérdidas socioeconómicas y ambientales si no existen estrategias de adaptación adecuadas que mitiguen sus efectos.
La noticia completa, en Ambientum
Más información sobre el acuerdo de París, en este enlace